Metodología


El grupo de profesores implicado en este grupo de trabajo, considera necesario seguir una misma línea de trabajo con la finalidad de conseguir los objetivos apuntados.

Las propuestas pedagógicas que señalamos a continuación nacen de la necesidad de cambio que todos entendemos que existe en relación con nuestra práctica docente, así como del diálogo colectivo y abierto, caracterizado por el respeto mutuo y la tolerancia, que es el fundamento de nuestras reuniones, en las que intentamos encontrar soluciones prácticas y eficaces a todas las inquietudes planteadas.

Así, pretendemos llevar a cabo un proceso de investigación-acción en el aula en el que no haya relaciones jerárquicas sino de apoyo y que implica una serie de presupuestos básicos como el diálogo igualitario, la autonomía o la participación, entre otros.

En estrecha relación con esto entendemos, por ejemplo, que la atención a la diversidad de nuestro alumnado no pasa por la exclusión social del "diferente" sino por la inclusión en el aula de todos los apoyos que sean necesarios; del mismo modo, debemos ofrecer un aprendizaje de máximos, intentando proporcionar una buena formación y éxito escolar a todos nuestros alumnos.

Teniendo esta premisa básica como punto de partida, tenemos la intención de trabajar con grupos heterogéneos. Pensamos que organizar grupos de alumnos es la más didáctica de las formaciones políticas, cívicas y democráticas, porque en el ejercicio del poder dentro del grupo tales valores serán descubiertos por los participantes del proceso. El aprendizaje grupal afecta al rendimiento académico de los participantes y a las relaciones sociafectivas que se establecen entre ellos. Se usa para disminuir la dependencia de los estudiantes de sus profesores, aumentar la autonomía y compromiso en su propio aprendizaje y producir interacciones de igualdad.

Así mismo, como ya hemos mencionado, creemos en el diálogo como instrumento para la consecución de objetivos tales como la búsqueda de acuerdos, el cambio de actitud, la consideración del aula como interacción de culturas, el reconocimiento de las distintas expectativas de profesores, padres y alumnos, la responsabilidad compartida, la necesidad de escuchar, la destrucción de estereotipos o el aprovechamiento del contexto del centro, del aula o del entorno para resolver los distintos conflictos que se van produciendo en el día a día.

Puesto que asumimos que el procedimiento dialógico es eficaz como tal, queremos, a partir de esta idea, intentar un modelo de convivencia en el que se produzcan un número mínimo de conflictos porque las normas estén interiorizadas por la comunidad. De este modo, para consensuar una norma, hemos de tener en cuenta que pueda ser acordada (siempre mediante el diálogo igualitario) por todas las partes, que tenga relación directa con un tema clave para las vidas de los niños, que haya apoyo verbal claro del conjunto de la comunidad, que se incumpla reiteradamente y que se vea posible eliminarlo.

Como vemos, la implicación de la comunidad en la vida escolar es fundamental en el proceso de aprendizaje de nuestro alumnado. El ethos de la comunidad tiene una función educativa en la vida escolar, exige obligaciones y compromisos comunes, participación en la vida de la comunidad, toma de decisiones e implicación en proyectos comunes que promuevan la reflexión conjunta (tales como asociaciones mixtas, por ejemplo). Así, creemos imprescindible fomentar la participación de las familias, voluntariado, educadores sociales, personal no docente, etc. y, por supuesto, de los alumnos; la participación habilita al alumnado a comprometerse como ciudadanos dentro de sus centros y envía también mensajes poderosos sobre el valor de las opiniones y aspiraciones de los jóvenes. La participación significa que los niños, jóvenes y adultos trabajan juntos para encontrar soluciones e iniciar el cambio.

Desde la dimensión social, involucrar al alumnado en la toma de decisiones, trae beneficios morales para ellos y para las comunidades en las que viven. La participación los fortalece como ciudadanos en la formación de sus vidas y comunidades, aumenta la confianza y autoestima y sienten que sus opiniones son valoradas. Por eso, se sugiere la negociación como teoría de la enseñanza y el aprendizaje, como principio básico para negociar el curriculum y como forma de mediación en los conflictos escolares.

Por último, señalar nuestra intención de que la formación profesional de cada uno de nosotros sea permanente (cursos, congresos, visitas a otros centros educativos,etc.).

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