"Experiencias que caminan en la utopía", en el III Encuentro "Educar con co-razón"


Hemos podido compartir en la UAL tres días de formación con un grupo de estudiantes de magisterio organizadas por el profesorado, en unas jornadas en donde José Valdivia, Jose Mª Toro y miembros de Utopía y Educación han mostrado, mediante talleres y conferencias, al futuro profesorado la necesidad de que la educación esté llena de corazón, de amor a la labor docente.


El III Encuentro Interdisciplinar: "Educar con co-razón, un camino a construir" ha sido tanto para el alumnado como para los representantes de las familias, que han podido asistir, una muestra de la labor que se está desarrollando dentro de la escuela para generar, promover y apoyar la innovación educativa desde la participación y el compromiso de toda la comunidad educativa.

Las alternativas pedagógicas recogidas y sistematizadas, con experiencias que se están llevando a cabo por numerosos centros de Almería (dentro de la red de Utopía y Educación y por otros grupos de toda España), se han mostrado al alumnado de magisterio y a las familias, y han dejado su poso de trabajo bien hecho. La práctica pedagógica dirigida a la concepción de una escuela plural, democrática, inclusiva, no discriminatoria, integradora, compensadora de desigualdades y acorde con la evolución de la sociedad.


El Martes 23 Tuvimos la suerte de asistir a tres experiencias que se desarrollan en tres centros distintos de Almería.

En uno de ello su profesor Angel Caminero explicó cómo es su tarea diaria con la recreación de entrada al aula del alumnado del 2º ciclo de primaria en su clase. Tras los saludos, que entre niños y profesor se hacen todos los días y entre todos, al sentarse los niños cierran los ojos y repiten tres frases, cada una de ellas unas cuantas veces. Las frases son: yo quiero aprender, yo puedo aprender y yo aprendo. También les hace decir: hoy estoy contento y feliz. A continuación se manda una sonrisa, desde cada uno de los niños) al destinatario que cada uno elija (preferiblemente con los ojos cerrados).

Nieves Soria nos habló de sentimientos y emociones en la escuela. De la inclusividad, de la escuela que atiende a la diversidad del alumnado y mediante metodologías activas y participativas, el alumnado, guiado por el profesorado y las familias, consigue resultados demostrables de éxito educativo. Habló de currículo, organización y metodología poniendo el énfasis en la metodología y en las emociones y de la falta de la competencia emocional dentro de las competencias básicas.

Habló del trabajo en grupos interactivos, explicando sus dinámicas de participación tanto del alumnado como del voluntariado que participa, y cómo los grupos interactivos favorecen la interacción y los valores desarrollando los procesos de adquisición de conocimientos de forma inclusiva mediante le trabajo en equipo, y desarrollando las habilidades sociales cooperativas del alumnado. Los niños/as escuchan, hablan, piden y se apoyan entre si. Se realizó una experiencia grupal de aula.


Emiliano Padilla habló del cariño como arma de la educación. Cariño a enseñar y por enseñar. Dijo de pasar de la mente al corazón y del compromiso por el cambio como base de la filosofía del docente. Y nos presentó la asamblea de aula como forma de dar la palabra al alumnado y así hacerlos que se responsabilicen de las decisiones democráticas que en ellas se tomen. La práctica de la democracia nos hará demócratas y se preguntó si estábamos en democracia en las escuelas si todo se hace a la orden, en las aulas, en los claustros, en los consejos escolares.
La asamblea es comprender a los demás, les sirve a los niños a perder el miedo. Se aprende a respetar a los demás y también es afectiva. Se resuelven conflictos y se da poder a los alumnos para decidir. Enseñarles a pensar y razonar es, entre otros, su fin.

Los presentes realizamos una asamblea con la distribución de papeles en la organización (moderador/a, secretaría, coordinación, observadores externos y quien marca el tiempo de intervención). Al caos inicial, debido a la inexperiencia de la realización por parte de los que estabamos, le siguió un sereno clima de participación, con la aparición de sensibilidades y emociones que cohesionaron al grupo.

Para despedir la tarde, Ángel nos mostró cómo se despiden en su clase los alumnos. Con un aplauso, decidido previamente si fuerte o cariñoso o gritón. Nosotros decidimos por el fuerte.

El profesorado mostró su práctica docente y en las caras de todos los que allí estábamos pudimos ver la de los niños y niñas de los centros en donde se trabajan las emociones en el aula.

(crónica recibida vía FAPACE)

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