"Pedagogía de la reconciliación", por Sandra López González


Quizá muchos de los lectores aprecien cierto parecido entre el título de este texto y algunas de las obras más conocidas del “gran maestro” y pedagogo Paulo Freire. Sus ideas en el mundo de la educación han sido uno de los pilares de apoyo del grupo Red Utopía y Educación, y bien es cierto que tuve esto muy presente a la hora de elegir este título, pero la verdadera naturaleza del mismo es hacer constar algo que no se me puede quitar de la cabeza. En nuestra lucha por intentar acercarnos a una escuela democrática debemos crear puentes que eliminen o minimicen de alguna manera las enormes brechas que existen actualmente entre los distintos miembros que conforman las comunidades educativas. Familiares, alumnado y profesorado viven en mundos aparte, muchas veces se dan la espalda. ¿Cuáles son las claves de este alejamiento?. ¿Cómo se puede crear una escuela democrática sin reconciliar a todas estas partes? ¿Cómo se puede emprender un diálogo constructivo basado en el respeto sin reconciliar a todas estas partes? ¿Cómo se pueden crear unos nuevos cimientos sin ese diálogo?. No se puede.

Cuando el grupo entero tomó como norte el camino hacia la escuela democrática, dedicamos horas a leer diferentes proyectos sobre actuaciones democráticas que unos y otros profesionales llevaban a cabo a lo largo de nuestra geografía nacional.


El campanazo lo volvió a dar nuestro director de orquesta, Luis, apareció en una de nuestras “¿reuniones de trabajo?” con un proyecto impresionante que no era una utopía, aunque a buen seguro que pudo parecerlo en sus inicios, se llamaba Comunidades de Aprendizaje, basado en las investigaciones del grupo CREA de la Universidad de Barcelona (en este blog puedes encontrar una sección para leer algo más sobre este proyecto que actualmente se lleva a cabo en más de 60 centros españoles). A grosso modo se trataba de transformar un centro escolar en una comunidad de aprendizaje, la visión democrática lo impregnaba todo, la participación activa de las familias era clave para sacarlo adelante y la salsa era la ilusión que tocaba a todos los grupos que conformaban la comunidad y los unía en un proyecto común donde todas las voces cuentan y donde está permitido soñar.

Desde estas páginas invito a todos los familiares, alumnado y profesorado a conocer el proyecto, a leer los pros y contras del mismo, actualmente hay multitud de páginas en internet donde los centros que están luchando por convertirse en comunidad de aprendizaje o ya lo son, nos cuentan sus experiencias en torno al proceso, cómo tomaron la decisión inicial de convertirse en comunidad de aprendizaje, cómo están viviendo esa transformación, qué beneficios a nivel de funcionamiento y rendimiento del alumnado se consiguen a corto y medio plazo, cuáles son las dificultades más abrumadoras y cómo se encuentra solución a esas dificultades, entre muchas otras cosas.


Para consultar cómo se está llevando a cabo el proyecto en alguno de los centros, puedes visitar el
listado de la propia Red de Comunidades de Aprendizaje, o bien el análisis que desde Utopía y Educación hacemos de algunos de estos centros, en Infantil y Primaria, o bien en Secundaria.

En este mismo texto os ofrecemos unos cuantos enlaces a esas páginas para que, con un solo clic, podáis acceder a ese mundo. Os podemos asegurar que vale la pena conocer las opciones que daría poder trabajar en una comunidad de aprendizaje. Si, tras conocer el proyecto, os parece interesante y os gustaría valorar la posibilidad de informar a vuestro centro de lo que es una comunidad de aprendizaje, podéis poneros en contacto directamente con el
CREA para que ellos os informen personalmente de las diferentes fases por las que hay que transitar a través de un cursillo intensivo de 30 horas. A partir de ahí, toda la comunidad educativa debería decidir si quiere o no intentarlo.

Plantearos una cosa, ¿cuántas veces habéis escuchado las quejas de vuestros compañeros y compañeras y las vuestras propias sin aportar, al mismo tiempo una posible solución a los problemas que vivimos día a día en los centros escolares?. Muchos profesionales de nuestro país creen que nos hemos acomodado en una queja continua e infructuosa a la hora de mejorar la situación educativa actual, quizá nos sentimos un poco perdidos y abrumados con la pregunta de ¿pero qué puedo hacer yo?. Es muy importante pensar que podemos hacer algo, creerlo firmemente para no estancarnos. No hace falta ser un superhéroe para darle un empujoncito a una pieza de dominó pero sabemos que este simple gesto puede comenzar el efecto mariposa.

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